viernes, 17 de septiembre de 2010

Reporte del MDZ online de Mendoza

El hombre en la montaña: a Silo no le hizo falta morir para ser una leyenda

La siguiente es una crónica publicada en abril de 2004 por la revista Rumbos en vísperas ante un nuevo aniversario de la primera arenga del filósofo mendocino dada en Punta de Vacas. El fallecimiento del hombre será para sus seguidores sólo un tránsito transformador del "Negro" que ha dejado su obra como legado. Aquí en esta nota, su historia pública. Sus principios y su particular manera de difundir su pensamiento que actualmente cuenta con 1,5 millones de adherentes diseminados por más de 30 países de los cinco continentes.
La primera arenga
“Si has venido a escuchar a un hombre de quien se supone se transmite la sabiduría, has equivocado el camino porque la real sabiduría no se transmite por medio de libros ni de arengas; la real sabiduría está en el fondo de tu conciencia como el amor verdadero está en el fondo de tu corazón”, fueron las primeras palabras públicas de Mario Rodríguez Cobos al bajar de los cerros tapizados desparejamente con nieve del otoño de 1969. Era época de régimen militar del dictador, con aires de emperador, Juan Carlos Onganía.

Rodríguez Cobos habló de cómo curar el sufrimiento humano, aquella arenga cumplirá el 4 de mayo 35 años y ese día la voz de con tono profético retornará a la montaña, se espera que esta vez sean 5 mil personas que lo escuchen en ese lugar.
“El día era radiante, la gente esperaba curiosa y divertida. Los nidos de ametralladoras emplazados alrededor del acto, no alcanzaban a tener la ‘realidad’ psicológica que algunos hubieran deseado. Mis emociones eran muy positivas”, recuerda por estos días aquel acontecimiento el mentor del Movimiento Humanista que ahora tiene 66 años, y ya tenía adeptos en varios países para ese entonces.
Hay varias explicaciones sobre el origen del seudónimo con el que hizo trascender su pensamiento a través de sus escritos, el más difundida es la que dice que se lo ganó durante su adolescencia por ser alto y delgado “como un silo”.
Su postulados cruzaron los continentes a partir de la década del ’60 en manos de sus seguidores que viajaron, especialmente a Europa, perseguidos por sistemas autoritarios que se instalaron en Lationamérica fogoneados por la política internacional norteamericana salida de la cabeza Henry Kissinger.
En ese cuadro histórico la dictadura militar argentina había prohibido cualquier acto público en las ciudades. Por eso se eligió el paraje desolado de Punta de Vacas, en los límites de Chile y Argentina con el monte Aconcagua a la vista.
En su primera apareción Silo presentó en forma poética su explicación sobre la fuerte distinción entre el conocimiento más importante para la vida, es decir “la real sabiduría”, con el conocimiento de libros, o de leyes universales. “Es una cuestión de experiencia personal, íntima. El conocimiento más importante para la vida está referido a la comprensión del sufrimiento y su superación”, confirma el escritor de 66 años y que armó un escenario espectacular ese 4 de mayo de 1969.
La expectativa generada previamente hizo que la fuerzas de seguridad montaran operativos los meses previos en los cuales cayeron muchos seguidores de la “secta de Silo”. Incluso el 24 de abril de ese año el Diario Los Andes publicó un aviso que decía: “Silo, ‘La curación del sufrimiento’. Domingo 4 de mayo al mediodía. Pasajes: Las Heras 551- Turismo La Cumbre”.
De aquel domingo sólo quedaron los recordatorios de los 200 siloístas y curiosos que llegaron al lugar a escuchar “al maestro que bajaba de la montaña”.
Silo en el mundo
Rodríguez Cobos, 30 años después, con todo el caudal recogido de tres décadas de prédicas y con una bibliografía sólida que se encuentra en muchas librerías del mundo, y traducida a cinco idiomas y otros tantos dialectos, volvió a la momtaña para proclamar “el fracso del mensaje”. Esa vez, el 4 de mayo de 1999, fueron 1.500 los concurrentes y se enclavó un monolito cilíndrico de acero inoxidable para para dejar sentado el acontecimiento.
Está claro que pasó mucha agua bajo el puente del siloismo, y fiel a su estilo, siempre buscó sorprender como desde los tiempos previos a su aparición pública. De hecho durante los primeros meses del ’69 ya se observaron pintadas con la palabra Silo que causó mucha curiosidad, expectativa y un gran revuelo donde la “secta” se volvió tema obligado en la agenda pública y generó los comentarios más variados de la época.
Semejante repercusión tuvo continuidad con otros hitos en la historia del siloismo. Las distintas expresiones del Nuevo Humanismo, tal la denominación que eligió el pensador para su corriente, fueron políticas y sociales.
El primer antecedente político fue el recordado Poder Joven que se extendió rápidamente entre las comunidades más activas de Europa y encontró eco especialmente en Francia. Más tarde con el advenimiento de la democracia en Argentina reaparecerían esos ideales con el Partido Humanista muy cerca de los verdes ecologistas.
Aunque estas herramientas no tuvieron relevancia dentro del espectro político. “Por las componendas propias de la política el PH siempre ha decidido permanecer independiente de estas trenzas porque cuando paticipó en los primeros frentes fuimos traicionados”, señala Juan Carlos Benenati amigo personal de Silo y cofundador del movimiento.
Los humanistas irrumpieron en el paisaje político y aún hoy se destacan por sus llamativas pintadas callejeras donde domina el color naranja idenficatorio del movimiento desdel el primer acto en Punta de Vacas. Sus mensajes son directos y contra todo lo que aparece como establecido. “En el cuarto oscuro los jefes no te ven”, “No a la cerdocracia”, y “Minga al fondo”, son las consignas más recordadas.
Sin embargo los críticos que han observado la vida política de los humanistas le achacan la falta de vocación de poder, incluso tienen presente situaciones particulares y novedosas, por ejemplo: los militantes en épocas preelectorales han salido a la calle para relevar los reclamos de los transeúntes; o en pleno menenismo propusieron el boicot mediante el voto en blanco, aunque presentaba candidatos.
La última “locura” electoral fue en 1999 y la llevó adelante de José Luis Montenegro, un referente humanista de Guaymallén. Al hombre se le ocurrió convocar a través de un aviso clasificado a aspirantes a candidatos con la sóla condición que fueran “decentes”, esta idea resonó en todo el país, a través de la prensa y fue reproducida en otros distritos del país.
Como se ve los humanistas siempre han demostrado en el formato de sus expresiones un dºósis de sorpresa y originalidad. Pero quizá en el plano social y educativo los resultados han sido más contundentes y tangibles.
Muchos de los emisarios humanistas que trabajan en misión en países emergentes como los africanos, han encontrado campo fértil para aplicar sus programas de ayuda humanitaria y  de organización social siempre apuntalados en la impronta del siloísmo un tarea sustentada con sesiones de “trabajo interno” entre los habitantes que adhieren en esos terrirorios.
Por eso más allá de la actividad política otras organismos salidos de la cabeza de Silo han perdurado en el tiempo como La Comunidad para el Desarrollo Humano, una ONG internacional dedicada a los estudios y a la enseñanza de métodos de reflexión para la propagación de la no-violencia. 
La Comunidad quiza sea una de las organizaciones más emblemáticas del siloísmo nacida en la década del ’70 aunque sus documentos fueron publicados en enro de 1981. Sus integrantes fueron perseguidos y varios de ellos terminaron bajo el fuego de las bandas paramilitares nucleadas en la Triple A durante el gobierno de Isabel Perón, y comandadas por el nefasto López Rega. 
Silo en la montaña
Ahora Silo se ha retirado como integrante del Movimiento Humanista y se desafilió del Partido Humanista.
¿Y ahora qué? se preguntaron los siloístas desprevenidos. El pensador ya pergeñó una nueve forma de expresar su impronta con lo que ha llamado “El mensaje”. Una manifestación reflexiva y simple adecuado a estos tiempos vetiginosos y que ayudan a enteder y sortear los escollos cotidianos con cuestionamientos profundos.
Justamente el próximo 4 de mayo de 2004 volvió al sitio de la convocatoria original dirá el mensaje. “Este mundo está por estallar y no hay forma de acabar con la violencia”, dijo hace 35 años.
El  Mensaje dado en julio de 2002, consta de tres partes: el Libro, la Experiencia y el Camino. El Libro es conocido como “La Mirada Interna”. La Experiencia está planteada a través de ocho ceremonias capaces de producir inspiración espiritual y cambios positivos en la vida diaria.
El Camino es un conjunto de reflexiones y sugerencias sobre la vida personal, interpersonal y social.
“Es necesario consagrar la resistencia justa contra toda forma de violencia física, económica, racial,  religiosa, sexual,  psicológica y moral, aprender a resistir la violencia que hay dentro y fuera de uno”, es una de las propuestas de Silo.
“El Mensaje de Silo es el medio para conectar con lo Profundo, con la manifestación de lo Sagrado en el interior de nosotros mismos; es la expresión de una nueva espiritualidad que está naciendo”, aseguran muchos de los que profesan la doctrina de este mendocino que vive en Chacras de Coria con Ana Luisa Cremaschi hace más de treinta años.

jueves, 16 de septiembre de 2010

SILO PARTIO

Queridos amigos,
Silo partió. Ha estado lúcido, acompañado y sin apenas dolor hasta el momento de su partida,
Pidamos por su Bienestar allá donde estemos, en su tránsito hacia la Luz.
Paz en el corazón, Luz en el entendimiento.
Pepe, Ana, Alejandro, Maxi y Enrique.